Preparar bien el suelo
Para que tu césped dure el mayor tiempo posible y resista tanto la sequedad como el exceso de humedad es recomendable aportar abonos, sobre todo en el caso en que vayas a plantar el césped después de una obra de construcción. El estiércol de fondo que aporta ácido fosfórico (P) y potasio (K) constituye un depósito de alimentos para el césped. Es recomendable esparcirlo (según las dosis aconsejadas por los fabricantes) antes de arar el suelo. Una labranza, varias semanas antes de la siembra, es indispensable para enterrar las malas hierbas e incorporar abono y estiércol.
Nivelar y apisonar
La nivelación se hace a la garra o con la pala (en caso de desviaciones de niveles importantes). Hay que trabajar en tiempo seco y con la tierra bien reseca. Apisona bien uniformemente con el pie o, preferiblemente, con un rodillo. Afina la superficie pasando el rastrillo para desmigajar la tierra y preparar una cama muy fina para las semillas. Con la espalda del rastrillo delimita los contornos del césped.
Sembrar y rular
Cuando sea el buen período de siembra separa las semillas en dos mitades. Siembra la primera mitad a mano alzada (o con la sembradora mecánica) en un sentido del terreno, evitando los recubrimientos entre 2 pasadas. Luego siembra la otra mitad siguiendo un trayecto perpendicular al primero. Cubra la semilla y rule. Una ligera pasada del rastrillo bastará para cubrir la semilla. El rulado favorece el contacto entre las semillas y la tierra. Rule sólo si la tierra esté seca en su superficie.
A continuación te presentaremos los meses idóneos para sembrar: abril y mayo son meses idóneos para la siembra. Sembrar en marzo sólo es aconsejable si el suelo está suficientemente caliente y húmedo. En junio, julio y agosto es posible sembrar, siempre y cuando se hagan riegos regulares. Y septiembre, octubre y principios de noviembre son aptos en las zonas que tengan unos inviernos suaves.
Cuidados tras la siembra
Riegualo si se reseca. Y es que un b300uen agarre de las semillas exige que el terreno esté siempre húmedo. En caso de sequedad, riega en forme de lluvia muy fina para no dañar el terreno. Igual que justo después de la siembra, es recomendable rular tan pronto como el césped alcance los 2 a 3 cm de altura. Esto favorecerá el crecimiento de nuevas hojas y el espesamiento de las matas de césped.
Haz el primer corte. Este se efectúa con la posición más alta de la cortadora de césped cuando el césped alcance los 8 – 10 centímetros de altura. Rular posteriormente al corte es muy útil para reponer en tierra las matas que hubieran podido levantarse en el corte. También debes vigilar y eliminar regularmente las malas hierbas. Los cortes de césped regulares ya eliminan un gran número de ellas. Pero si detectas un gran crecimiento de malas hierbas no tardes en utilizar un desherbante selectivo, cerciorándote bien de escoger un producto para césped joven.