Para que tu césped presente siempre su mejor aspecto y evitar que decaiga de modo prematuro, debes fertilizarlo regularmente.
Debemos aportar al césped estiércol 2 o 3 veces al año. Puedes encontrar en los comercios estiércoles compuestos (nitrógeno N, fósforo P y potasio K) especialmente estudiados para el césped. Utilízalos en las dosis y en los períodos marcados sobre el embalaje por el fabricante para un óptimo resultado.
Debes escoger un estiércol adaptado al efecto deseado. Los estiércoles de efecto rápido liberan rápidamente el nitrógeno que contienen. Esto produce un efecto inmediato en el crecimiento y la coloración de las hojas. Este estiércol se utiliza para “despertar” a un césped cansado, maltratado o en mal estado.
Los estiércoles de liberación lenta liberan el nitrógeno progresivamente, y las plantas pueden consumirlo a medida que sus necesidades se lo pidan. Así se reducen los riesgos de quemadura, se mantiene una bella coloración del follaje.
Riega copiosamente después de la fertilización. Los granulados de estiércol que se depositan sobre las hojas son muy concentrados y pueden quemar localmente el follaje. Un buen riego disolverá estos granulados y hará penetrar más óptimamente los elementos fertilizantes en el suelo.